Dios es llama
Dios prende en nuestro corazón en cuanto le damos algo de espacio en nuestra vida. Sentirme llamado y
acompañado por Dios enciende en mí una llama que nunca se extingue. Van brotando en mí deseos de
tener una relación más cercana con El. Hay palabras del evangelio, de las homilías, en la oración...que
parecen dichas para mí. Que me llenan de luz y deseo por dentro. A veces hasta me asusta pensar que
todo esto es demasiado exigente para mí. Me muevo entre los deseos, la alegría, el miedo y la ilusión. Sin
duda esa es la llama de Dios. Que ilumina mi vida y las pequeñas decisiones que me van acercando a El.
Dedica un tiempo a dar gracias a Dios por esa llama, o a pedirle el poder recibirla, o a pedirle que ponga en
tu corazón el deseo de sentir dentro de ti esa llama.
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